Cómo colocar un arnés correctamente
Para cualquier usuario es clave colocar un arnés correctamente para asegurar un pleno funcionamiento del sistema anticaidas y que el arnés lleve a cabo la función de sujeción requerida, salvar la vida al trabajador.Â
El buen ajuste de las hebillas y de las cintas aporta la máxima seguridad requerida en caso de caÃda y sobre todo la comodidad necesaria para mantener una postura ergonómica correcta que no pueda provocar a la larga lesiones de importancia por posturas incomodas durante el tiempo de trabajo.
Es muy importante que el usuario tenga los conocimientos necesarios de utilización de los equipos de protección individual (EPI) para un uso adecuado. Para ello tanto a nivel propio, como ajeno (Empresa), debe ser fundamental que se forme al trabajador del uso correcto del EPI.
Todo usuario deberá realizar una comprobación previa al usar el equipo, con el fin de asegurar que las condiciones de uso y la función del arnés sea el correcto. El equipo debe estar siempre en un estado óptimo respecto al textil como a las partes metálicas.
Antes de cada uno, el trabajador debe verificar el espacio libre de caÃda en el lugar de trabajo. Con ello se asegura que en caso de caÃda no supondrá una colisión con el suelo u otro obstáculo en la trayectoria de la caÃda.
IMPORTANTE la revisión periódica del EPI con el fin de detectar defectos. La frecuencia de la revisión es de periodos de no más de 12 meses y efectuada siempre por una persona competente, formada por cada fabricante o representante autorizado del fabricante. El revisor debe identificar y evaluar la importancia de los defectos e iniciar las acciones correctoras, siguiendo siempre los requisitos y procedimientos establecidos por el fabricante.
Es esencial que el usuario sepa la vida útil segura del producto que esta utilizando. Cada fabricante proporciona la información relativa a la vida útil segura del producto. Pero hay factores que pueden reducir la vida útil del producto:
· Uso intensivo.
· Contacto con sustancias quÃmicas.
· Ambientes especialmente agresivos.
· Exposición a temperaturas extremas.
· Exposición a los rayos ultravioletas.
· Abrasión.
· Fuertes impactos.
· Cortes.
· Una mala utilización y mantenimiento.
La revisión anual obligatoria determinara cuando deja de ser seguro el uso de un producto.